miércoles, 30 de marzo de 2011


Estoy triste y no lo puedo evitar, ¿cómo frenar estas lágrimas que caen una tras otra sin que las pueda controlar?
Las lágrimas no entienden de horas y aparecen sea de día o de noche.
Duele el corazón y duele el alma, con un dolor tan fuerte que ni llorar lo calma.
El corazón está herido y aún así moribundo se niega a odiar, porque este corazón mío nació así con ese defecto...con la incapacidad de odiar.
Quizás si pudiera desear que aquellos que me lastimaron tanto sientan por un segundo lo que estoy sintiendo, si pudiera desear que jamás encuentren la felicidad, si pudiera gritar: te odio!!! Todo sería más fácil. Pero no puedo hacer eso.
A estas alturas no me sorprende la crueldad de las personas pero lo que no me esperaba y me sorprendió enormemente fue la indiferencia de Dios.
Quiero disfrazar mi tristeza con un manto de rabia para que nadie se acerque, pero no puedo ni debo estar sola porque con la soledad el dolor crece y ya no soporto tanto dolor.
Quiero parar de llorar y que esto ya no duela tanto pero el dolor está en cada célula, el dolor corre deprisa por mi sangre y se niega a marcharse.
Anoche durante mi desvelo, alguien dijo en la tele: "morir es fácil, lo difícil es vivir".En estos momentos, sintiéndome como me siento, se hace muy duro elegir la opción difícil.
Porque antes ya pasé por cosas difíciles y dolorosas y salí del pozo. Porque algo me ayudaba a vivir y era "la esperanza", que se convirtió en una espera silenciosa que rindió sus frutos. Lo que no me imagine era que esos frutos estaban cargados de veneno.
Ahora esa esperanza no existe, sólo algo ayudaría a arrancar este dolor de mi carne, una sola frase lo cambiaría todo y me devolvería la fe y tal vez la alegría pero eso ya no depende de mí.
De lo único que puedo estar segura es que algo murió en mí ese día y algo muere en mi cada noche...sin poder detener el final.