sábado, 23 de abril de 2011


Palabras sin intención malévola, ni veneno, pueden también dañar un corazón susceptible.Pero cómo saberlo, cómo saber cuando has hecho daño; si ese corazón calla y no dice nada.Cómo, cómo disculparte del daño que hiciste, si sin tener tiempo a nada te manda a callar y pronuncia tan fácilmente un adiós.
Y es que algunos dicen querer demasiado pero basta tan solo una palabra para que te borren de sus vidas para siempre, y el amor, el cariño o la amistad quedan arrojados en el tacho más cercano.
¿Por qué duele tanto saber que algo muere antes de que siquiera haya nacido? No hay nada que hacer, la vida es una completa atorrante. Se complace en mostrarte cosas bellas, como un buen amigo o la ilusión de un nuevo y dulce amor y antes de que te acerques más a lo que quieres te pone la manazo en el rostro y te dice: "Esto no es para ti, busca en otro lugar lo que te pertenece".
Y comienzas a caminar y recorrer tus pasos, esperando que el cansancio aclare tus ideas, despotricando contra todo y teniendo claro que la vida es un solo de mentiras.Mentir para que? ni idea, quizás el mentir sea el pasatiempo favorito de la vida, o quizás sea a nosotros que nos gusta mentirnos y mentir a otros.